Ningún turista puede visitar en su estancia en Roma todos los templos de los que dispone la ciudad; no en vano se trata de la capital mundial de la Iglesia Católica. Entre todas las iglesias y lugares de culto, destacan especialmente las siguientes:
Basílica de San Pablo Fuori le Mura
Es el segundo templo más grande de la ciudad. Un incendio la destruyó prácticamente por completo –excepto el claustro- una noche de julio del 1823; sin embargo, gracias a la gran colaboración de numerosas entidades, fue posible una magnífica restauración. Como su nombre indica, se encuentra fuera de las murallas de la ciudad (Fuori le Mura), muy cerca del sitio en el cual a San Pablo le fue cortada la cabeza con una espada.
San Giovanni in Laterano
El complejo de San Juan de Letrán, en español, es la Catedral de la ciudad, donde se encuentra la sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa). Se trata de la residencia papal hasta el siglo XIV. De aquí, la corte pontificia se trasladaría a Aviñón (Francia), para volver a Roma algún tiempo después, pero estableciéndose en su sede actual, es decir, la colina vaticana.
Enfrente se encuentra el Santuario de la famosa Scala Santa, cuyos 28 escalones son los que subió Cristo en el palacio de Pilato y que usted deberá subir de rodillas hasta alcanzar su punto más alto, en caso de ser devoto.
Sta. Maria la Maggiore
Este precioso templo, en las inmediaciones de Termini, debe su nombre al hecho de tratarse de la más grande (maggiore) de las iglesias dedicadas a María en Roma.
Lo más destacable sería su campanario medieval, el magnífico pavimento en estilo cosmati o el precioso baldaquino.
Existe una leyenda que dice que el oro del artesonado del techo, era oro inca que fue regalado por los Reyes Católicos al papa español Alejandro VI (algo que de hecho es erróneo, pues el imperio inca fue conquistado durante el reinado de Carlos I).
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