Sede de la Santa Sede de la Iglesia católica, se trata también del estado, como todo el mundo sabe, más pequeño, sea en extensión geográfica (no llega a medio kilómetro cuadrado) sea en población (con menos de mil habitantes). Lo que no tanta gente sabe es que también es el país más construido del mundo, evidentemente en proporción, aunque no lo parezca.
Si en el mundo la institución de la Iglesia aún tiene bastante fuerza en la opinión pública, cabe destacar que más en la sociedad italiana, y todavía más en la romana. De hecho, es posible leer o escuchar el punto de vista de dicha institución o de su máximo dirigente en relación a múltiples temas de actualidad, en la mayoría de periódicos o televisiones.
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Nuestra visita al Vaticano, obviamente debe contar con parada en:
Plaza de San Pedro
Magnífica plaza realizada por Bernini con dos grupos de columnas en forma oval, representando los brazos de la Iglesia que acoge a sus fieles. Al centro podemos ver uno de los múltiples obeliscos que posee Roma en la actualidad, y en los laterales, dos magníficas fuentes. Busque los dos centros geométricos de cada uno de los semicírculos que forman la plaza, y verá que ‘desaparecen’ 3 de las 4 columnas que forman cada fila – quedan ocultas tras la más cercana al espectador-.
Basílica de San Pedro
A través de la columnata de la parte derecha de la plaza según nos encontramos de frente a la Basílica, se realiza el control de seguridad de acceso a la misma. Más que este control, debe tener cuidado con otro: aquel que realiza posteriormente el personal que se encarga de permitir o no el ingreso dependiendo de la vestimenta del visitante. Recuerde: no lleve pantalones o falda por encima de las rodillas, y nada de camisetas de tirantes aunque haga casi 40º. No le suministrarán como ocurre en otros templos nada para cubrirse, por lo que tenga cuidado si no quiere tener que volver al hotel a cambiarse.
Dentro de la basílica, quedará maravillado por el derroche de decoración, el dorado, los mármoles y las gigantes estatuas dedicadas a santos y papas. No puede dejar de ver La Piedad, de Miguel Ángel, la estatua de San Pedro que ofrece el pie izquierdo para que lo besen los peregrinos, encontrándose absolutamente gastado, o el fabuloso baldaquino.
Como dato anecdótico, usted tendrá la posibilidad de confesarse en múltiples idiomas: para ello, diríjase a aquel confesionario en el que en su parte superior esté escrito el idioma en que desea hacerlo.
Tumbas papales
Justo debajo de la basílica es posible visitar diversas tumbas de papas anteriores. Sin embargo, no espere encontrar una atmósfera oscura, húmeda, galerías estrechas, y ambiente recogido, ya que este sótano está absolutamente reformado, con paredes nuevas en color blanco. Entre todas las tumbas sin duda la más concurrida (y una de las más discretas y simples) es la de Juan Pablo II. Pueden verse decenas de fieles rezando delante prácticamente a cualquier hora del día.
Cúpula
Una de las vistas más impresionantes de Roma, nos la proporciona la famosísima cúpula de la basílica, er cupolone, como es conocida en Roma, obra de Miguel Ángel. Recomendamos encarecidamente realizar toda la subida a pie, ya que, más allá de ahorrarse un par de euros, el tramo que realiza el ascensor es el más fácil de la misma; además, siempre podrá decir que subió a pie hasta lo más alto. Desde la balconada se pueden divisar la práctica totalidad de monumentos, cúpulas y tejados de la ciudad, aunque algunos elementos sean verdaderamente difíciles de encontrar: pruebe por ejemplo a divisar el Coliseo…
Precisamente desde esta inmejorable atalaya, podrá comprender mucho mejor la estructura de todo el estado, y contemplar los magníficos jardines que se encuentran tras los museos vaticanos, las estancias papales y la basílica.
Museos Vaticanos (y Capilla Sixtina)
Se trata del conjunto de museos más visitados de Italia, por delante incluso de la famosísima galería de los Uffizi, en Florencia. La entrada a la Capilla Sixtina se realiza después de atravesar el resto de museos, y aún siendo el elemento más importante que forma parte de los mismos, no debemos olvidar otras obras y zonas como las estancias de Rafael, con sus maravillosos frescos o la maravillosa galería de los mapas.
Interesante el efecto que ocurre en la fantástica escalera espiral de la que dispone el museo, que en realidad no es una sola sino dos, una de bajada y la otra de subida. No obstante, prácticamente sólo será posible ver gente descendiendo, ya que la de subida se encuentra cerrada al público.
ScaviTour
Existe un nivel todavía por debajo de las tumbas papales, se trata de las necrópolis subterráneas de la ciudad. En la visita guiada, se pueden conocer los restos de la primigenia basílica, antes de ser derrumbada para realizar la majestuosa San Pedro actual. Hacia el final del recorrido podremos conocer el sitio exacto donde se encuentra enterrado el apóstol. Aunque se trata de una visita muy interesante, no es una atracción muy conocida.
El sistema de reserva es complicado: es preciso reservar con mucha antelación, y no hay muchos grupos en español, por lo que mejor si decide realizar la visita en inglés, o mejor aún italiano –si conoce estos idiomas, claro-. Como último dato apuntar que la humedad es altísima, lo que eleva la temperatura hasta el punto de ser prácticamente necesario ponerse en manga corta también en invierno.